Un realidad violenta. ¿Ficcionada?

A mi no me gusta soñar con la violencia pero ella disfruta de aparecer en forma de horrosas pesadillas.

Aquella era la casa de una esquina que los árboles sabían adornar alegremente y los del conflicto (los muchachos, los malos), ponerle música al son de sus balas (Ironía, claro).

De allí salió ella esa mañana en búsqueda de alguien. Tomó su bicicleta (Es que en este conflicto hay a quienes les dicen carros) y fue a recibir a quien sin duda la estaría esperando entre el laberinto que saben formar las calles que han roto la montaña entre curva y curva. De la historia desaparece la bicicleta porque ahora ella camina y, entre cuadra y cuadra, termina perdida, extraviada, ninguneada.

Decide tomar el sendero detrás de esa cuadra, allá a 5 de la suya,  que tanto le provoca en las tardes de sol. Pero aquel sendero es a su vez un mítico conjunto de árboles que cortan la vista del horizonte y es usado por los del conflicto para ocultarse. Ay! Nada es lo que han hecho de la zona, miedo es lo que han sembrado.

«Mujeres en grupos de máximo 3. A la cuarta la matamos», «Hombres en grupos de máximo 4. U 8 divididos en cuatro conservando la debida distancia».  Eso decían los carteles pegados a los árboles en tabla rústica y con alambre. ¿Usted no saldría corriendo? ¿No sé preguntaría en donde está?

3 Responses to Un realidad violenta. ¿Ficcionada?

  1. Gabriela dice:

    Creo que no saldría corriendo por una simple razón: no iría por esa zona. He ahí la delgada línea gris que divide el miedo de la autopreservación.

  2. blueandtanit dice:

    yo llamaría a la policía luego de regresar a mi casa… sería genial poder decir que es simple ficción, lamentablemente es una realidad en demasiados lugares.

    saludos, porfa lee el mail que te escribí.

  3. Beverly dice:

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